jueves, 1 de agosto de 2013

Tres profesores de música de EEUU -Clifton Callender de la Universidad Estatal de Florida, Ian Quinn de de Yale, y Dmitri Tymoczko de Princeton- han ideado una nueva forma de analizar y clasificar la música mediante su representación a través de figuras geométricas. El trío de investigadores ha desarrollado la “teoría de la música geométrica”, un método que traduce el lenguaje musical a la geometría contemporánea, según se publica en el último número de la revista Science.
Los científicos desvelan la geometría de la música
La figura muestra como la “teoría de música geométrica” representa acordes de cuatro notas sobre un tetraedro, con los colores indicando el espacio entre las notas individuales en una secuencia. Las esferas azules se disponen en forma de racimo y las de colores más cálidos están más alejadas. La bola roja de la cima de la pirámide es el acorde disminuido séptimo, muy popular en el siglo XIX, rodeado de otros acordes frecuentes en la música occidental. (Foto: Dmitri Tymoczko)
SINC | 21 abril 2008 08:37
El método consiste en tomar una serie de notas, como acordes, ritmos y escalas, y clasificarlas para poder ser agrupadas en “familias”. Los profesores de música asignan una estructura matemática a cada una de estas familias, de tal forma que puedan ser representadas mediante puntos en espacios geométricos complejos. Los diversos tipos de clasificación producen figuras geométricos diferentes, y permiten reflejar cómo los músicos han entendido la música a lo largo de los siglos. Los investigadores confían en que su teoría ayude a analizar y entender mejor la música.
El equipo de científicos considera que su método permite analizar y comparar muchos tipos de música, aunque se centran básicamente en la occidental, ya que conceptos como “acorde” no son universales en todos los estilos. Incorporan también esquemas o ideas tradicionales, como “la música de las esferas”, según la cual durante el movimiento de los cuerpos celestes -como el Sol, la Luna y otros planetas- se emiten sonidos inaudibles pero armónicos. “La música de las esferas no es sólo una metáfora, ya que algunos espacios musicales son realmente esferas”, dice Tymoczko.
El profesor de Princeton considera que los espacios geométricos que generan con su método ayudan a entender mejor la música gracias a un “poderoso conjunto de herramientas” que permiten, por ejemplo, visualizar un concierto de música clásica. "El aspecto más gratificante de esta investigación es que podemos ver ahora que hay una estructura lógica vinculada a muchos conceptos musicales”, añade el investigador, “y podemos representar la historia de la música como un largo proceso de exploración de distintas simetrías y geometrías".
Este método podría ayudar, según sus creadores, a descubrir nuevas escalas y acordes que, aunque ya existan, puede que todavía no se hayan descubierto. También ofrece la posibilidad de investigar entre los distintos estilos musicales. "Nuestro método todavía no permite distinguir Aerosmith de los Rolling Stones", dice Tymoczko, “pero sí permite visualizar algunas diferencias entre John Lennon y Paul McCartney, o entender mejor como se relaciona la música clásica con el rock”.

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